Peliculas eroticas

Cuando tenía unos dieciocho años, en uno de los "descansos" que me tomaba de mi larguísima primera relación seria (mi primer novio me duró diez años), mantuve un idilio a tres. 
 
Conocí a una pareja, Marcos y Catalina, que estaban empezando, y nos hicimos muy amigos. Tanto, que nos enamoramos y decidieron incluirme, de pareja pasamos a trío. Yo los quería a los dos, y ellos me querían a mí. Salíamos juntos a todos lados, y siempre andábamos enredados haciendo cosas divertidas. Ellos eran un poco artistas y yo los disfrutaba. Cantaban, tocaban la guitarra, pintaban, bailaban y yo, aplaudía...
 
La situación no dejaba de ser extraña, éramos muy jóvenes, y nuestros amigos alucinaban porque lo habitual era tener una novia y como exceso total, una amante, a la que se trataba de esconder, pero nosotros nos paseábamos tranquilos, seguros y felices...nos queríamos y nos sentíamos orgullosos de querernos.
 
Pero no duró mucho. No recuerdo exactamente, quizás dos o tres meses como mucho. Un verano. Un verano hermoso y lleno de luz y sonrisas que no olvidaré nunca. Catalina decidió dejarnos porque ya no soportaba compartir al mismo hombre, por mucho que me quisiera. El día que nos dejó, lloramos los tres abrazados durante toda una noche. Se marchó sin ira, sin enojos, sin reclamos, se marchó triste, pero llena de amor por nosotros y no he vuelto a ver a nadie dejar una relación con tanta dignidad y elegancia. 
 
Marcos y yo continuamos un tiempo más pero acabé dejándolo, no era lo mismo sin ella y sentí nostalgia de mi ex, con el que regresé. (Santo varón, me perdonaba todos mis desmadres), click aquí.
 
Cuento esto porque me doy cuenta que a lo largo de mi vida, he formado parte de varios triángulos y en general, no me ha ido mal, siempre y cuando haya sido voluntario. Si bien es cierto que nunca más he vuelto a formar parte de una relación tan abierta y Peliculas eroticas a la sociedad como aquella adolescente.