Invadido

De cada tropezón hay que sacar lo bueno. Yo estoy convencida de que todo nos hace mejores si sabemos sacar una lección positiva de las cosas. Si sabemos ver lo bueno que cada dificultad encierra. Ver los momentos duros como retos, como parte del aprendizaje. De cada una de estas lecciones de la vida, debemos salir fortalecidos, mas seguros, mas maduros y mejores personas. 
 
Hoy es mi cumpleaños y cuando me he levantado, estaba muy triste. Me he levantado pensando en las cosas que me faltan hoy para que fuera un día perfecto… pero luego he decidido que no iba a estar triste, o al menos iba a poner todo lo que está en mi mano para evitarlo. 
 
Esta mañana, en lugar de pensar en las cosas que me faltan, he decidido intentar ser justa conmigo y con los que me quieren y pensar las cosas y personas maravillosas que tengo en mi vida hoy por hoy, que han estado allí en todo momento para mi, que me quieren y valoran por lo que soy, y que nunca jamás me han hecho sentir menospreciada.. Lo justo para con ellos es valorarlos como se merecen, y eso es siendo consciente de lo afortunada que soy. 
 
La vida hay dos formas de afrontarla: Mirando el vaso medio vacío o mirando el vaso medio lleno. Yo decido que no quiero mirarlo medio vacío nunca más. Siempre he sido una persona optimista y llena de energía positiva y así quiero seguir siéndolo, por duros que sean los momentos que me toque vivir. No quiero dejar de tener una sonrisa para los demás. 
  
A veces me gustaría que ciertas personas que quiero conocieran mi blog, para que pudieran leer lo mucho que les quiero, aunque, afortunadamente, creo que soy capaz de hacérselo sentir.
 
En todo caso, y aunque quede aquí de forma anónima…