Tozal De Guara

 
El Domingo a las siete de la mañana, Jch, Dbt y yo partimos hacia Nocito. Habíamos decidido hacer la ascensión partiendo desde este pueblo. Es un pueblo precioso del que algún día hablaré un poquito más, tiene muchísimo encanto con su fuente y su puente de piedra, es una gozada de sitio. La paz que se respira no tiene precio.
Dejamos el coche en la entrada al barranco de La Pillera y comenzamos a subir. La primera parte es bastante dura, tiene una subida con muchísima pendiente y se hace durillo, sobre todo teniendo en cuenta la baja forma en la que yo me encuentro estos días (los kilos que he perdido esta semana pasada con los nervios y la ansiedad no ayudan). La verdad que al principio me desmoralicé un poco al verme flojita de fuerzas y sobre todo flojita de moral, porque lo cierto es que cuando uno camina pasa mucho rato pensando y eso en mi situación no es bueno. Me dieron un par de bajoncetes de moral bastante majos durante la subida en los que me invadió la tristeza, pero como soy un toro y tengo mas moral que el Alcoyano, pues hice de tripas corazón, trague saliva y tiré para arriba como una campeona. La verdad que aunque durillo, el sendero es una delicia, te lleva atravesando un bosque precioso durante toda la primera parte de la ascensión.
Hicimos un par de paradas para beber agüita y comernos un par de galletas y un dobladillo de chocolate la mar de rico (el dobladillo no se si se come en muchos sitios además de en Huesca y provincia). La primera parada al lado de un collado donde anidaban buitres. Un sitio muy bonito, perfecto para pasar unas horas y echar un siestote de los que hacen historia, lástima que sólo pudimos parar diez minutos. Después otra parada en  el Llano de los Hongos, donde hay unas vistas alucinantes de toda la Hoya de Huesca, el Pico del Águila a un lado y detrás tienes ya la cumbre de Guara a la vista. Aquí estuvimos un ratito admirando las vistas. La verdad que fue alucinante, el día estaba tan claro que se veía hasta el Moncayo.
Después un último empentón y ale, hasta arriba. Fue emocionante acariciar la cima de Guara. Yo hasta me emocioné, entre que soy de lagrimilla tonta y que estoy muy sensiblona últimamente, no fue difícil. Las vistas desde allí arriba son increíbles, por un lado tienes toda la Hoya de Huesca, y por detrás todo el Pirineo. Es precioso. Me senté un ratito a mirar las montañas, y me invadió una melancolía tremenda…Hay que ver lo poquita cosa que se siente uno ante una vista tan impresionante. Es una suerte increíble vivir tan cerca de un lugar tan maravilloso. Lástima que no sepamos disfrutarlo mucho más. Nos paramos por un momento a escuchar, y el silencio era total, no se oía ni el viento, una sensación increible.
Después de darnos un abrazo, comernos los bocadillos y dejar nuestro nombre en el libro de firmas, iniciamos el regreso hacia Nocito. Toda la bajada íbamos comentando la tremenda jarra de cerveza fresquita que nos íbamos a cascar en cuanto llegásemos al pueblo… Dicho y hecho, llegamos a Nocito y directos al bar. Allí nos metimos entre pecho y espalda una jarra enorrrrrme de cerveza bien fría que nos supo a gloria bendita, acompañada de unas gordísimas olivas con su pepinillo correspondiente, que rico todo.
No se si hay mejor sensación que la de llevarse a la boca una jarra  bien fresquita de cerveza espumosa para calmar la sed… diosssssssssss!!!! Puro placer!!!!! Sólo por eso merece la pena meterse la paliza de antes!!!
Llegamos a Huesca y yo me quedé en casa de mis padres. Salí a la terraza y miré hacia la sierra, ahí estaba Guara, Impresionante y bellísima como siempre. Toda una Dama. Me emocioné de nuevo al recordar que horas antes había estado acariciando su cima.